Hay temas que, aunque no nos afecten personalmente, no deberían pasarnos desapercibidos. La homosexualidad es uno de ellos. Está presente en la sociedad, en nuestras clases, en nuestras familias, y sin embargo, aún parece que muchas personas no saben muy bien cómo actuar frente a ella. Se habla de progreso, de aceptación, de inclusión… pero ¿Qué tanto de eso es real y qué tanto es apariencia? ¿De verdad estamos tan avanzados como nos gusta pensar? Muchas veces se ve la homosexualidad desde fuera como algo que ya no es un problema. Se dice que ahora está todo normalizado, que “ya no hay homofobia”. Pero cuando prestas atención, te das cuenta de que aún hay muchos muros invisibles. Comentarios que sobran, chistes disfrazados de “broma” y miradas que incomodan. No hace falta que alguien grite un insulto para hacer daño. A veces el entorno hiere con silencios. ¿Cómo puede considerarse sano un entorno donde lo diferente todavía se señala, aunque sea en voz baja? También está esa idea ...